Los pacientes con enfermedades neurológicas agudas (traumatismo craneoencefálico, accidente cerebrovascular hemorrágico o isquémico, lesiones medulares o tumorales) y crónicas (enfermedad de Alzheimer y otras demencias, esclerosis lateral amiotrófica, esclerosis múltiple o enfermedad de Parkinson), incrementan el riesgo de desnutrición por factores múltiples relacionados con ingesta de nutrientes, anormalidades en el gasto energético, trastornos de la conducta alimentaria, cambios gastrointestinales y efectos secundarios de la medicación.